
Muchos autores dentro de la psicología positiva discrepan al valorar la importancia del pasado en nuestros valores de la felicidad. Algunos como el propio Seligman, uno de los padres de la psicología positiva, plantean que tenemos que congraciarnos con nuestro pasado para poder empezar a valorar nuestro presente. De la misma manera otros autores como Sonja Lyubomirsky nos dicen que el pasado es irrelevante a la hora de ser felices, ya que el propio potencial de la felicidad presente opaca ese gris pasado.