Cada día nos contamos una
historia sobre nosotros mismo, nuestro cerebro nos cuentan historias, nos envían
mensajes, ordenados en imágenes, en palabras, nuestra mente nos manda mensajes
negativos sobre nosotros mismo, y nos recuerda constantemente episodios de
nuestra vida. Esa narrativa, esos guiones marcan nuestro bienestar personal,
pero debemos de tener claro que ese discurso interno lo podemos cambiar, e
incluso podemos reescribir acontecimientos de nuestra vida reinterpretándolos y
realizando una valoración positiva de los mismos desde el crecimiento que ha
significado en nuestra vida.
Cuando hablamos de narrativa,
normalmente nos centramos en la literatura, sin embargo muchos terapeutas
entendemos que la persona está inmersa en un proceso de construcción de
significados. Por esa razón, cuando la psicoterapia se basa en la construcción de
narrativas de corte constructivista, el paciente nos relata y explora aquellos
hechos problemáticos de su vida, a través de su narración de su propia historia
personal. Este diálogo puede cambiarse, y así se genera una narrativa
alternativa, es decir, volvemos a escribir nuestra historia para hacerla más
coherente, o en muchas ocasiones llegar a cambiarla por otra narración más
acorde con nuestra realidad personal y social.
Por esa razón debemos de intentar
producir nuevas narrativas que puedan aplicarse a cambios concretos, buscando
una estrategia en este sentido que nos ayude a potenciar un cambio de historia
en nosotros que nos ayude tomar conciencia de dicha naturaleza narrativa, dicha
narrativa irá dirigida a potenciar en nosotros la consecución de nuestros
objetivos.
En esta línea podemos aplicarnos
diferentes técnicas que nos permitan capturar y cambiar esa historia, para ello
nos centraremos en la escritura de cartas, diarios o incluso autobiografías,
que nos ayudarán a ser conscientes de esa narración. En la misma línea, en
psicoterapia, el nivel de conducción de la conversación, ayudará a este
proceso, cuando conseguimos que la persona se centre en posibles soluciones, o
que la persona se capaz de externalizar o normalizar el problema.
Es muy importante además
potenciar en la persona habilidades que le ayuden a explorar o identificar su
discurso, haciendo que la persona caiga en la cuenta de la posible rigidez de
su discurso o narrativa, así como del papel que ocupa en cada momento de la
narración.
Efectivamente, nos damos cuenta
que nuestro pasado es un continuo de imágenes y palabras con un guión, todo
ello tamizado por nuestras emociones, todo momento está unido además a un
estado emocional.
Creo que es ideal que las
personas realicen ejercicios de escritura, para reescribir su historia
personal, generando un nuevo discurso, una nueva narrativa. Además, las cartas,
como las de perdón, las de agradecimiento producen gran bienestar y al mismo
tiempo nos centran aún más en la tarea. Creo que las técnicas de escritura,
unidas a un proceso de cambio de discurso y narrativa personal son
fundamentales en los procesos de cambio de las personas.
Jose J. Rivero
Psicólogo
Coach Personal
Mediador Familiar.
Experto en formación.
Miembro de la SEPP
No hay comentarios:
Publicar un comentario